¿SABES QUÉ HACER ANTE UNA CRISIS DE ANSIEDAD?

¿Te ha pasado alguna vez que parece que te falta el aire, que el corazón se te acelera, sientes presión en el pecho, te mareas, tienes sudores, hormigueo, temblores, escalofríos, visión borrosa...? Esto es una crisis de ansiedad. Se trata de un malestar muy intenso y repentino, que nos hace entrar en pánico y, en algunas ocasiones, acabamos en urgencias del hospital o del CAP.


Tras la pandemia, el Ministerio de Sanidad ha comprobado que las crisis de ansiedad están en aumento, no sólo en adultos, sino también en adolescentes e incluso en niños.


El estilo de vida de nuestras sociedades actuales, lleno de prisas, exigencias, presión, estrés, etc. no nos está ayudando, todo lo contrario. Pero éste no es el único factor que puede influir en que tengamos un ataque de pánico. Los rasgos de personalidad, el contexto familiar, el consumo elevado de drogas y/o alcohol, una mala gestión emocional... también son factores a tener en cuenta.


El detonante de una crisis de ansiedad puede ser cualquier pensamiento, situación, emoción o síntoma. No depende tanto de la situación, como de la forma como la vivimos y nos la explicamos. Por eso, cualquiera de nosotros está expuesto a sufrir una crisis de ansiedad.


Cuando se produce por primera vez, es posible que se genere en la persona el miedo a tener una nueva crisis (ya que los síntomas son desagradables y floridos). En ocasiones asociamos determinados lugares o situaciones a la ansiedad y eso hace que se disparen nuevamente los mecanismos de alarma que activan la ansiedad. Es lo que llamamos ansiedad anticipatoria y puede llevarnos a evitar esas situaciones o lugares. Pero huir no es la respuesta que nos va a ayudar, sino que vamos a tener que atravesar el malestar por el medio para confirmarle a nuestro cerebro que no existe peligro alguno y que somos capaces de vencer al miedo.


Cuando estés en plena crisis de ansiedad, trata de concentrarte en la respiración, observa cómo tu cuerpo respira e intenta quedarte justo ahí, en la observación de tu respiración. Siente el resto de tu cuerpo: nota el latido de tu corazón acelerado, siente el sudor en la frente o en las manos, advierte la sensación de mareo, no trates de cambiar nada (eso genera más tensión), sólo observa y ve diciéndote a ti mism@ frases como "esto que estoy sintiendo va a pasar en unos pocos minutos" o "no estoy en peligro" o "esto ya lo he vivido antes y se cómo va" o "es muy desagradable pero va a desaparecer".


Si las crisis se repiten e invalidan tu día a día, será necesario que acudas a un profesional de la salud que te ayude a enfocar la vida desde otro perspectiva, a tener otra percepción y otras creencias menos angustiosas sobre las cosas que te ocurren, a potenciar tus herramientas y tus fortalezas.


Lo que importa no es lo que te pasa, sino cómo lo vives.

    ¿SABES QUÉ HACER ANTE UNA CRISIS DE ANSIEDAD?

    Contáctenos

    Share by: