Escáner corporal

¿En qué parte de tu cuerpo identificas la tensión y el estrés?


El ritmo de vida actual que llevamos genera tensión que se puede ir acumulando en algunas partes del cuerpo como en los hombros, en la mandíbula, en la frente, en la zona cervical, en el estómago, etc.

Lo primero que debemos hacer para identificar esa tensión es saber que está ahí, es decir, observarla, sentirla. Algo que no vemos o sentimos, no podemos sanarlo. Lo segundo y, quizás más complejo, es saber desconectar el modo piloto automático en el que solemos funcionar en nuestro día a día para recuperar el control del cuerpo y de la mente y tratar de poner solución a ese malestar.

Si ponemos atención a nuestro cuerpo, nos daremos cuenta de que éste nos muestra continuamente en qué parte se ha acumulado esa tensión, en qué zonas hay malestar, dolor, etc. Tan sólo hay que experimentar las sensaciones procedentes de esas zonas para después tratar de relajarlas. Pero esto, sólo podemos hacerlo si estamos suficientemente atentos como para darnos cuenta del momento en que la tensión se acumula.

No sólo las las sensaciones físicas se expresan en el cuerpo. Las emociones también se manifiestan en él. Por ejemplo, cierta tensión en determinadas partes de mi cuerpo y una energía caliente, puede estar indicándome que en este momento hay rabia en mí.


Una práctica de Mindfulness para conectar con el cuerpo


La práctica del escáner corporal nos ayuda a permanecer presentes en nuestro cuerpo, a habitarlo, a sentirlo y aceptarlo tal cual es. Este ejercicio sirve para desarrollar sensibilidad y consciencia del propio cuerpo y para gestionar mejor el dolor o el malestar físico.


No siempre va a resultar agradable prestar atención a las sensaciones del cuerpo. En alguna ocasión puede resultar incómodo darse cuenta de lo que hay: angustia, dolor, hormigueo, ansiedad, cansancio, decaimiento... Además, realizar esta práctica no implica que esa incomodidad o dolor vaya a desaparecer. Eso sí, poniéndole atención, sin rechazar nada, sin querer que sea diferente, no tratando de huir de lo desagradable… estaremos evitando la tensión extra que este rechazo genera. De esta manera, conseguiremos que ese momento difícil sea más llevadero.


Mientras hagas este ejercicio, es aconsejable mantener una actitud de observación, de curiosidad, de respeto, de cariño, de aceptación de lo que sea que vaya apareciendo. Es posible que tu mente se vaya a otros lugares, a otros momentos. Aprovecha para darte cuenta de a dónde se ha marchado. Fíjate, si en este caso, aparece algún sentimiento de frustración, de culpa, de crítica… y, sencillamente, trata de regresar la atención de nuevo al cuerpo (como una especie de antídoto para el pensamiento), con amabilidad, sin castigarte, sin reñirte, sin recriminarte, recordando que el trabajo natural de la mente es pensar.


Fíjate como este ejercicio es también una forma de cultivar la paciencia, ya que no pretendemos lograr nada en concreto, tan solo dejar que las cosas sean como son en cada momento. Se requiere cierta disciplina para no olvidar lo que uno está haciendo con este ejercicio: permanecer atento a las sensaciones corporales, a la aparición de pensamientos y emociones y al no quedarse secuestrado por nada que surja.


Puede ser agradable permitir que la mente reposeverdaderamente, que deje sus quehaceres por un ratito, como si se volviera a casa, a su propio centro. Mientras uno está en ese reposo feliz, no tiene prisa por ir a ninguna parte, no tiene nada que conseguir, nada que hacer en concreto…


Te invito a que busques el lugar y el momento adecuados para llevar a cabo esta práctica. Sólo te llevará 20 minutos ¡Cuéntame cómo te ha ido! ¿Tienes alguna duda que quieras comentar? Escríbeme para compartir tu experiencia.


Aquí tienes el link con el video del Escáner Corporal de mi canal de Youtube Mindfulness en Calma.

https://www.youtube.com/watch?v=xC64H8D6HN0


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¡Que tengas una buena práctica!

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