EL ESTRÉS Y LA GESTIÓN DEL TIEMPO


¡No me alcanza el tiempo!


La falta de tiempo para llevar a cabo las tareas del día a día o, sencillamente, la mera sensación personal de falta de tiempo, o de no llegar a todo lo que se quiere hacer, puede generar estrés y ansiedad en nosotros. Es importante, por lo tanto aprender a reconocer cuáles son esos “ladrones de tiempo”, es decir, aquellas circunstancias, hechos o, incluso, personas de nuestro entorno que nos roban tiempo y que hacen que se vea perjudicada nuestra autopercepción de eficacia.


Para algunas personas, estos ladrones de tiempo pueden estar relacionados con lo que se conoce como FOMO (fear of missing out) que se puede traducir como “miedo a perderse alguna cosa”. Esta patología tiene que ver con un abuso de las redes sociales (Facebook, Instagram, Whatsapp…), el correo electrónico, internet, la televisión, etc.


Otras personas, invierten mucho tiempo en hacer y responder llamadas telefónicas. Pero también la desorganización, el posponer las cosas, no acabar lo que empiezan, el perfeccionismo, la improvisación, la falta de puntualidad y/o de disciplina, el desorden o la falta de constancia, el estar dándole vueltas a la cabeza (lo que en psicología se conoce como rumiar)… se pueden convertir en auténticos ladrones de tiempo.


Otros ladrones de tiempo tienen que ver con la multitarea, algo que, a priori parece interesante porque nos hace más eficaces pero que es, en realidad, todo lo contrario: Cuando estamos haciendo varias cosas a la vez corremos el riesgo de distraernos con mayor facilidad, de cometer más errores y malas interpretaciones, trabajamos a un ritmo menor, la atención está dando saltos entre una actividad y la otra, por lo que estamos gastando una mayor cantidad de energía y, además, estamos generando la posibilidad de tener más lagunas mentales y sesgos cognitivos. Estas situaciones van a generar estrés y ansiedad. Los ordenadores pueden trabajar en modo multitarea, pero el cerebro humano funciona de forma secuencial, así que, lo más amable para con nosotros mismos es que nos dediquemos a una sola tarea cada vez para poder concentrarnos mejor en ella.



Planificar


Qué podemos hacer para deshacernos de esa sensación de falta de tiempo? Lo más importante es priorizar las diferentes tareas o actividades para poder planificar con más eficacia y, además, tener en cuenta contemplar dentro de esa planificación el dejar cierto tiempo para posibles imprevistos, de manera que podamos gestionar nuestra agenda sin estrés.


Pero, ¿cómo priorizo mis agenda? Lo primero es ser muy consciente de qué actividades son urgentes y cuáles son importantes.


Las actividades o tareas urgentes son la que se relacionan con los plazos, los vencimientos, los imprevistos, con el transcurrir del tiempo en general; por ello priorizaremos las que tengan un vencimiento anterior y las que nos vayan a llevar un mayor tiempo hacer. Es importante tener muy claro qué recursos tenemos disponibles para poder darles a estas tareas una solución eficiente.


Las tareas importantes tienen que ver con las consecuencias que se van a derivar si no las llevo a cabo, por lo que es mejor hacer antes aquella actividad que, de hacerla más tarde, va a tener una consecuencia más grave para mi. Este tipo de tareas requieren reflexionar sobre mis objetivos para poder solucionarlas con eficacia.



¿Qué hay en mi agenda?


Otra cosa que podemos hacer es ver cómo podemos “simplificar” de algún modo nuestra vida: Quizás podamos dejar de llenar los huecos vacíos de nuestra agenda y dedicarlos a ser en lugar de a hacer. Quizás podamos delegar alguna tarea o solicitar ayuda para hacerla o, tal vez, no asumir tantas obligaciones. Quizás podamos decir NO alguna vez. Quizás podamos preguntarnos si es necesario ganar tanto dinero…


Parecería que con lo dicho anteriormente ya sería suficiente para poder gestionar bien el tiempo, ¿verdad? Pues no exactamente, porque no podemos olvidar que una buena gestión de nuestra agenda requiere reservar algo de tiempo para cuidarnos, para ir al gimnasio, para descansar, para quedar con amigos, jugar con nuestros hijos, meditar, salir de vacaciones, conversar con la pareja…



Mindfulness y la gestión del tiempo


Lo más importante es, sea lo que sea lo que estemos haciendo, mantenernos en el presente, atentos a eso que estamos haciendo, no dejando que la mente secuestre nuestro pensamiento y nos lleve a otros momento u otros lugares y vivir en el aquí y ahora. Esto es, en definitiva, vivir en Mindfulness.


¿Qué beneficios nos va a aportar la práctica de Mindfulness en lo que se refiere a la gestión del tiempo?:


  • Desarrollar la atención plena, mejorando la concentración y, por lo tanto, nuestra capacidad de estar más presentes en aquello que estamos haciendo. De este modo, conseguimos ser más eficientes y cometer menos errores.
  • Mejorar la conciencia del momento presente, volver al aquí y ahora, de manera que seamos más capaces de detectar los ladrones de tiempo que hay en nuestra vida. Si no tenemos más remedio que “vivir a toda prisa”, la práctica de Mindfulness nos va a permitir preguntarnos si realmente merece la pena perder la salud en ello…
  • Mayor eficacia en la gestión del tiempo, ya que seremos más conscientes a la hora de priorizar nuestras actividades.
  • Al meditar, conseguimos salir por unos momentos de ese flujo del tiempo y recuperar el equilibrio y la calma. Con unos minutos de meditación al día vamos a conseguir ver más claro y mejor.
  • Mejorar el estrés y la ansiedad.
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